Sesión de fotografía de familia. ¿Cómo prepararla de la mejor manera?

En un reportaje de fotografía de familia hay ocasiones en las que me siento como el director de orquesta, encargado de que cada uno de los miembros de la familia saquen lo mejor que tienen y se coordinen de la mejor manera para que todo suene de manera armónica… a la perfección.

Al fin y al cabo, en fotografía de familias, cuando te enfrentas a una cámara no tienes que hacer nada especial, ¡ni mucho menos forzado! No estamos trabajando para generar la próxima portada de Vogue, ni mis fotografiados sois modelos de altas pasarelas (¡al menos casi todos…!). Sois personas normales y corrientes, y lo que buscamos cuando os hago estas fotos es que cuando pasen los años y miréis estas fotos os podáis reconocer vosotros mismos de la manera más natural, pero sobretodo identificaros en la energía que transmiten vuestros lazos familiares que he captado a través de la cámara. No quiero apropiarme de esta frase que escuché en otro fotógrafo (del que lamentablemente no recuerdo su nombre) pero de la que me siento completamente identificado; no me interesa tanto lo que pienses de tus fotos mañana cuando te las entregue, eso no es tan relevante comparado con lo que pienses cuando las vuelvas a ver dentro de veinte años (¡ojalá mantengamos el contacto veinte años  después de que te haga las fotos, significará que aparte de las fotos, habremos creado una relación duradera!).

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Por lo tanto, mi trabajo durante la sesión de familia es que todo transcurra de la manera más natural, que os relajéis, y que sintáis la cámara como un simple testigo de vuestra manera de comportaros en familia, no un elemento intrusivo que domine toda la sesión de fotos. Y por consiguiente vuestro trabajo simplemente será relajaros y disfrutar. Así de fácil. Pero claro, ¿cómo conseguimos que la orquesta suene tan bien durante la sesión?

Lo primero y fundamental es tratar de conocernos un poco. Y si no puede ser en persona, tendremos aunque sea con una conversación telefónica tranquila, sin poner límite de tiempo por mi parte. Me gustaría escucharos, saber un poco de vosotros, preguntaros un poquito  cosas básicas, y otras que saldrán para aprender un poco sobre quiénes sois y cómo sois. No es un test de veinte preguntas de revista, tranquilos. Es la manera en la que empezaremos a crear vínculos y romper el hielo, que luego nos servirán durante la sesión para que no os sintáis bajo la atenta observación de un mirón con cámara. Luego intentaremos encontrar un sitio para hacer la sesión de fotos de familia. Lo tradicional es buscar un parque o exteriores de Madrid que permita a los niños estar más libres, y por tanto expresarse tal y como son… pero no es la única posibilidad. Os haré pensar en sitios con los que os sintáis identificados, que puede ser un espacio urbano en la propia ciudad, quizás un mercado o ese sitio que soléis pasar el tiempo como familia. Que no sea el más bonito o más vistoso da exactamente lo mismo, no os debéis preocupar por ello, porque para las fotos me centraré en vosotros. Recordad, el sitio es el marco de la foto, lo importante siempre seréis vosotros, la relevancia que le daremos al lugar depende de lo identificados que estéis con esa puesta en escena.

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Además os daré alguna instrucción sobre cómo debéis venir vestidos a la sesión. Es importante que os sintáis cómodos, sobretodo los pequeños. Si los vestís con las mejores ropas, y luego se sienten comprimidos o inhibidos porque no quieren mancharla o estropearla (o más bien, que no los veáis cómo la manchan o la estropean) no conseguiremos todo el objetivo. Imaginad la sesión de fotos de familia como una sesión de juego en familia, y si existe la posibilidad de que durante la sesión se pueda saltar, correr, tirarse al suelo o hacer la croqueta todos juntos, no dudéis por un segundo que eso es precisamente lo que os conduciré a hacer. Eso no quita que vengáis guapos, porque eso sí, os quiero guapísimos.

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Tratad de usar colores neutros, que no destaquen mucho, o que tengan estampados fuertes que puedan llamar demasiado la atención (me encanta la canción She’s a rainbow de los Rollings pero mejor no la uséis de inspiración para ese día). Es muy típico ver a la familia de blanco en las fotos, y eso tiene dos explicaciones, una, porque el blanco es el color de la inocencia, la pureza…, muy asociable a la fotografía infantil, y la segunda, un poco más técnica, porque en el blanco se refleja mejor la luz, y en las fotos donde estéis todos os reflejaréis luz unos a otros, dando unos resultados mucho más agradables en las fotos. Eso no quita que si tu color favorito es el rojo chillón y cuando abres el armario parece que entras en un cuarto de revelado de fotos, y así es cómo queréis venir pues yo igualmente feliz…, como he dicho, cuando más naturales e identificados estáis con la fotos, mejor saldrán.

Es importante también que le expliquéis a los peques qué es lo que va a pasar, pero sin darle mayor importancia, y que noten mucha energía positiva en vosotros. Ya sabemos los rápido que podéis pasar vuestros nervios a los pequeños. Durante la sesión no intentéis que se porten como los niños perfectos de las fotos perfectas. En efecto, puede que las fotos posadas de las niñas del rey en la revista Hola están muy bien, pero más que aparentar, cuando los niños crezcan y sean mayores, presiento que abrirás con más cariño el álbum donde los vean divirtiéndose y riéndose que en perfectos posados donde pierdan naturalidad. Eso es lo que os pediré que fomentéis, aunque habrá tiempo para relajarse, sentarse, y aparecer con tranquilidad. De hecho, que se desfoguen causará esa calma positiva posterior que también me interesa recoger. Durante la sesión os daré instrucciones, pero no serán sobre cómo tendréis que posar, sino ir guiándoos, dando direcciones  a todos los miembros sobre qué se puede ir haciendo y en qué espacio para conseguir que la sesión fluya y seáis vosotros, y que eso aparezca en las fotos… el director de la orquesta ¿recuerdas?

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Con todo ello, necesitaremos al menos dos buenas horas. No quiero poner tiempo límite a las sesiones que van funcionando y en las que salen fotos maravillosas, por eso no me gusta mirar el reloj cuando fotografío. No es cuestión de tiempo. Todas las sesiones de fotos de familia comienzan de manera lenta y van mejorando progresivamente, estaréis un poco raros al principio. Por eso dar el tiempo suficiente os permitirá ir sin estrés, y con la garantía de que encontraremos esas fotos que vais buscando cuando me contratáis.

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¿Tenéis alguna pregunta más? Siempre me podéis contactar y felizmente os explicaré con detenimiento cualquier duda que tengáis. ¿Os interesa? ¡Hablemos!

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